miércoles, mayo 17, 2006

El almuerzo perfecto

Esta es probablemente la décima vez que intento escribir este post. Guardaba el título en una página perdida de mi cuadernito de Jordi Labanda, esperando quizás que los elfos me iluminaran para escribir algo que mereciera la pena. Los comienzos nunca fueron fáciles (en realidad, tampoco los finales lo son, pero esta es otra historia) y no encontré nunca esa primera frase, que un escritor dijo una vez, es la fundamental para encontrar una buena historia. No encontré por más que lo intenté la fórmula acertada, digna, más bien, de los dos personajillos jaraneros y cofrades que protagonizan este post.
Por qué, me pregunto a veces.
Por qué esta dificultad para hacer frente a lo que debería ser tan fácil.
Me acuerdo, llegados a este punto, de un film (sí, lo sé, soy la tanta de las películas, pero es que es lo que se me viene a la cabeza). Decía que me acuerdo de The Village o El Bosque, un peliculón que cuanto más lo veo, más me gusta... Lo siento por los que no la hayan visto pero la peli tiene una escena en el que ese maravilloso Joaquin Phoenix (con esa maravillosa cicatriz en la boca) le dice a su madre que tiene serias sospechas sobre cierto vecino que la pretende. La otra haciendo como que no le interesa el tema le pregunta ¿Por qué?
Porque nunca te toca, responde él.
Y uno, el espectador, se queda como en un estado de paro mental, como si acabaran de decir una bobada. Pero no lo es en absoluto. El chico tiene razón.
A menudo nos cuesta tocar, rozar, abrazar, besar, hablar o escribir sobre aquellos que de verdad nos importan. No sucede siempre, pero a veces sí. Y este blog es ejemplo de ello.
Mi lector en la sombra y mi no lector sabrán sin necesidad de que lo diga, sin necesidad de post, que han alegrado cada día desde mi llegada a esta ciudad, infierno y paraíso, de la que irremediablemente ya me siento un poco parte. Y eso, que se cuaja en cada café y en cada almuerzo perfecto, es difícil de recoger en un sólo escrito, por más que se invoque a las musas.
PD. Ayer mis calcetines eran verdes, pero mi camiseta, azul.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Peli wapa El Bosque. ¿Sabes?, yo creo que la hace aún más bella su banda sonora. Supongo que su autos dilucidaba en lo que se está convirtiendo la sociedad. Él quiso guardar lo "mejor" de unas personas, que le llevó, como no, a otros finales trágicos. Hay que seguir por donde andamos.
Ay! Yo "Andara o Andase".
Un warm abrazo Cute Woman

Anónimo dijo...

Cuando suba las escaleras de la Campana de la Libertad, en Philadelphia, y tenga mucha hambre tras el esfuerzo, me acordaré del almuerzo perfecto y de esa pequeña dama que posee el estilo de lanzadora de dardos más heterogéneo de la historia.