martes, noviembre 14, 2006

Señales


La niña se acercó al mostrador y preguntó.
¿Entonces tendré un número que será sólo para mí?
Exacto.
Acababa de cumplir nueve años y su padre había decidido que ya era hora de que tuviera su carné. Documento Nacional de Identidad. Sonaba a importante, y ella se sintió también así.
Y una letra también, añadió el simpático funcionario que los atendía.
¿Cómo?
Te daremos un número y una letra.
¿Y qué es lo más importante?, dijo ella algo desconcertada ante la aparición inesperada de ese segundo elemento, del que antes nadie le había hablado. Una letra.
Ambas cosas son importantes. Se complementan, intervino su padre, que acto seguido empezó a rellenar formularios a un lado del mostrador.
Aunque…, intervino de nuevo el funcionario.
¿Aunque qué? Preguntó la niña ya impaciente, con ojos grandes, curiosos, abiertos como platos.
Aunque yo diría que la letra es algo más importante, dijo el otro con voz misteriosa. Verás, dicen, si bien es algo que no está totalmente demostrado, pero dicen (y bajó un poco la voz) que esa letra es la inicia del que será el amor de tu vida. Del de cada persona, se entiende.
¿Me dirán ustedes el nombre de mi… marido?
, dijo. Y se puso un poco colorada. ¿marido? Pero, ¿ella iba a casarse? Que lejos y ajeno le quedaba todo aquello.
Bueno, no podemos darte el nombre completo, sonrió el policía, sólo una pista, su inicial. La primera letra de su nombre.
Su padre había terminado ya con los papeles y el trajín con el funcionario dio por zanjada la conversación.
Muy bien, aquí está el resguardo. El carné estará listo en unas tres semanas. Compruebe, por favor, que los datos son correctos.
Su padre miró concienzudamente el trozo de papel, y sonrió, sí, todo en orden. Muchas gracias. Adiós.
El hombre tomó de la mano a su hija y salieron del edificio. Él dijo algo entonces de tomar un café o un refresco, pero la niña a penas escuchaba. Estaba impaciente, nerviosa. El corazón le latía con fuerza y sentía una emoción que nunca antes había experimentado.
Me dejas ver, papá, se atrevió a decir al fin.
Sí, claro.
Su padre le entregó el resguardo de cartulina blanca y señaló. Aquí está tu número.
Pero a Patricia no le interesaban las cifras. Sus ojos se clavaron en otro punto. En aquella montaña rusa, que subía y bajaba por dos veces simétricas. En aquel camino enrevesado que la conduciría a él. Aquellas líneas que no eran sólo líneas, eran una historia, eran un libro de besos, abrazos, caricias, llamadas, dudas, miedos, certezas, suspiros, lágrimas, dolor, esperanza, placer, sonrisas, miradas, paseos, domingos, películas, lunes, palabras, palabras, palabras… y silencios. Todo, todavía por llegar.
Oye, ¿y cuál es tu letra?, preguntó el padre curioso.
La eme, dijo ella con a penas un hilo de temblorosa voz. La M, repitió.

4 comentarios:

Pedro-Abeja dijo...

En serio?
La mía es la R... Raúl? Rogelio? Raimundo? Ramón? Rodrigo? Ria Ria Pitá, quién me tocará?

Imaginate que alguien creyera firmemente en esa señal y la letra de su carnet no coincidiera con la de su pareja... qué mal, no? Estas cosas hacen que uno se obsesione con el nombre de los desconocidos.

Besos

Maribel dijo...

Pobre al que le toque la W, jejeje. Wenceslao será el amor de tu vida?

Zarzamora dijo...

Y? Y? Y? Y? ¿Y a quién conozco yo que empiece por "y"? Yo creo más bien que en mi caso se queda entre Pinto Y Valdemoro. Por cierto, es mi cumple (el día del post) y ayer (viernes 18) intenté colar el carné joven a la taquillera del SOCIBUS...me dijo una palabra que me ha hecho pupa "está caducado, eres mayor de 25"... Le deseo que se atragante esta noche con un hueso de aceitunas, que luego lo escupa y no le pase nada, pero que en ese instante en el que sienta la presión atravesándole la garganta se acuerde mí, de mi cara de 26 años, con una vida entera por delante!!

Toma ya.

Anónimo dijo...

Halaaaaaaaaaaaa! Pos la mía no es la J, de Josué. Ni siquiera son la M, de Mo -como yo lo llamo cariñosamente-, ni la N de nene o la C de Cariño mío de mi arma, jejeje.
La mía es, ni más ni menos, que la K. Será entonces Paquirrín el amor de mi vida? Puahhh. Espero que no. Pero tu historia me ha encantado. Felicidades por ser tan feliz. Amm, y pásate un ratillo por la penultima y nos vamos, mujé!

Muak.