miércoles, mayo 23, 2007

Una vez

Anoche en unas de mis habituales incursiones al mundo de los blogs de los desconocidos, di a parar con el de un informático que lanzaba una interesante pregunta a la Red: ¿quién es el primero en colgar un archivo en el emule? Me hizo mucha gracia leer aquello porque es una de esas cosas en las que nadie repara, pero que en cuanto otro formula sentimos como muy nuestras, no? Son como una revelación menor. Como un interrogante muy familiar. Cualquiera de nosotros podría habérselo preguntado.
Quién es el primero en colgar un archivo en el emule? Él pide respuestas en su blog, yo las dejaré por aquí, y espero que no me demande por esta apropiación de ideas, o de revelaciones, más bien (lo que me recuerda que yo tengo una pendiente que comunicaros).
Mi respuesta es NADIE. Vivimos en unos tiempos en los que mil millones de personas llegan todas al mismo lugar, en el mismo instante. Y ni siquiera saben que están compartiendo ese momento. Es más, les gusta pensar que SÓLO ellos lo están consiguiendo.
Cuando uno se abre una cuenta de correo electrónico y después de cuarenta mil intentos se ve obligado a poner una estupida cifra junto a su nombre, o un guión junto a su gran y original ocurrencia para la dirección, empieza a sospechar que LO ÚNICO ha dejado de existir en este mundo gobernado por el dios GOOGLE.
El universo BLOGUERO sirve también para darse cuenta de ello. De repente, siguiendo una cadena ilógica de enlaces llegas al diario virtual de un tío o de una tía que se ha atrevido a colgar las mismas citas que tú, que hace las mismas referencias a canciones, libros, películas que tú. Que repara en las mismas escenas, y lo peor, que lo expresa mejor de lo que TÚ harías NUNCA.
Puede que así nos sintamos menos solos. Ésa sería la lectura positiva que Saramago (que no pierde su fe en la Humanidad) sacaría de todo esto.
Quizá haya más... quizá esta muerte progresiva de lo ORIGINAL, o más bien esta revelación de que lo original nunca existió para eso ya hace muchos años dijeron aquello de Nada nuevo bajo el sol (y perdonen que recicle esta cita que ya utilicé en otro post; lo cual también resulta muy oportuno) nos sirva como una jarra de agua fría, pero a medio llenar. Quiero decir, una jarra que nos despierta de la ensoñación y nos permite de vez en vez darnos cuenta de lo NORMALES que somos, pero no de una forma definitiva. Pues nos permite también seguir soñando, seguir con los ríos de tintas virtuales, escribiendo, ideando, imaginando para nosotros mismos y para el pequeño círculo al que llegamos (somos sólo un punto en Google, como los somos en el Universo).
Nos permite creer que una vez fuimos los primeros en colgar un archivo en el Emule.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso de que hay que gente que expresa las cosas mejor que tú habría que verlo...