miércoles, abril 11, 2007

WELLCOME TO LOS CANTARITOS

En los últimos tiempos me he acordado mucho de una película que vi hace ya bastante tiempo. El protagonista era un madurito poeta que luchaba contra viento y marea por mantener una vida más o menos bohemia en medio de una sociedad en la que la famosa clase media aumentaba sin descanso y en la que todo el mundo, incluso sus compañeros de correrías, tendían irremediablemente al aburguesamiento. Y la máxima representación de esa vida formal en la que todos caían era una pequeña casita en un barrio bien, con lindas cortinas y una planta junto a la ventana. El pobre poeta, que además no era demasiado bueno con los versos, se pasa una hora y media luchando contra la tendencia, hasta que el amor de una mujer (pueden más dos tetas que dos carretas) y un relativo sentido común, lo hacen caer también. Se busca un trabajo formal y la última escena de la película se la pueden imaginar: el prota ya aburguesdo regando su planta de su ventana con sus lindas cortinas en su casita de barrio bien.
Nos pasamos buena parte de la vida tratando de marcar la diferencia. Buscando una vida distinta a la del resto, y sin embargo, al final, casi todos caemos en el aburguesamiento. Salen a flote nuestras necesidades más básicas, las imprescindibles, y comprobamos que, efectivamente, no hay nada nuevo bajo el sol. Ayer cuando mi emisaria particular (no podía haber elegido mejor representación) me gritaba a través del teléfono "te ha tocado, te ha tocado", sentí una emoción que jamás había experimentado antes. Tan distinta es, que aún no he conseguido asimilarla del todo y todavía ahora, unas pocas horas después, me cuesta pensar que en los próximos años una espectacular cuadrilla de albañiles (a lo espartano de 300) levantará una casa, que es mía, bueno mía y suya. Mías, y si ustedes quieren, suya será también.
Hace unos años VPO eran unas siglas extrañas. Hoy es un camino. Una salida. Una única opción posible, hecha realidad.
Ahora sí que puedo decirlo: Bienvenidos serán a la República Independiente de mi casa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que no existe la envidia sana... y es cierto.

Cecilia dijo...

Tía, no me lo puedo creer!!!!! Qué ilu me hace. Espero una invitación formal cuando sea (esperaré siglos si hace falta). Prometo remitir una próximamente para que vengas a mi nidito de soltera. Besos!

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón. La bohemia dentro de poco sólo será un recuerdo y yo sólo puedo pensar en cómo quedará el póster de Rocky VI en el salón de mi casa (de alquiler). UN BESO Y ENHORABUENA PORQUE SIGUES SIENDO LA MEJOR PLUMA VIVA QUE HE CONOCIDO.
TU PACO NUNEZ

@Ana_Bermejo dijo...

Enhorabuena!!!!!!!!!!
Sí que has tenido suerte, y te la mereces muchacha!!!
Bueno, lo que no sé es dónde?? en tu pueblo? o en Huelva?Lo importante es que ya 'tienes' tu propia morada ;) AUnque perderás tu ciudad particular de luces (El Polo).

De nuevo, Enhorabuena!!!!

Pedro-Abeja dijo...

Enhorabuena! Lo supe, si cabe, antes que tú porque cd mi hermana supo que le había tocado a ella( es decir, en pleno sorteo) me llamó y le pregunté por la tuya y me dijo que tb te había tocado... Así que compartí tu alegría casi al mismo tiempo que tú y tu enviada especial destacada en la zona.
Vivan las casitas (aunque de pekeñas nada, eh?)VPO!
La bohemia fue fruto de una época y hoy día no hay sitio para ella, resulta casi contra-natura intentar llevar ese tipo de vida. Empeñarse en mantener una vida bohemia tiene más de pose que de actitud anti-cultural. Incluso desde tu casita en tu barrio bien podrás luchar contra lo que no te gusta. Ya lo verás. Y si te agobias de tus vecinos, te vienes a mi casa en el campo (que no te coge nada lejos) donde siempre habrá una habitación lista para ti y un paseo de nogales con un banco en el que podrás sentarte y pensar con más tranquilidad, a la sombra de tu propio nombre.

Bisous