sábado, enero 27, 2007

Acabamiento

Vuelvo a las improvisaciones de los primeros post, a la frescura de escribir directamente sobre el blogger y no en word, para luego volcar...
Escribo sobre la marcha con los cascos gigantes colocados en mis orejas a modo de Princesa Leia en este sábado de trabajo... Mi mente se quedó algo estancada, sin embargo, en la noche del viernes, en la cena, en las posteriores copas, risas y abrazos... en la sensación, ayer confirmada, de que me estoy acercando al final de una etapa. Una situación de crisis (léase cambio) que sin embargo no protagonizo yo, no provoco yo. El mundo se mueve, la gente se mueve y por extensión me muevo yo, aunque el mío es un movimiento involuntario, que a veces da miedo... Me siento como en la fiesta de fin de curso de octavo de EGB o como en el primer día de clases en la facultad, cuando después de una de las asignaturas salí con los compañeros (todavía un grupo de desconocidos) a tomar café a uno de los bares de Reina Mercedes, siendo consciente de que mi vida estaba cambiando... me siento como cuando Paco Ñuñez salió por úlitma vez de la redacción (también en fin de semana, aunque no un sábado, era domingo) cerrando una etapa (y sí, abriendo otra).
El paso del tiempo, los cambios de edad (que nada tienen que ver con los cumpleaños) siempre me han asustado mucho, siempre me ha costado asumirlos: comprendí que la vida era un vaso que debía llenar y beber al mismo tiempo... supongo que el poeta tiene razón. Vivir se compone de pérdidas y ganancias. También mi Javier Marías habla mucho de ello y de la luz de las farolas, cuando llega un nuevo amanecer y la natural avanza, pero lo hace lentamente, con delicadeza, por deferencia, para que las primeras puedan hacerse a la idea de su acabamiento...

lunes, enero 22, 2007

Nunca es tarde, si Lucas está bueno

Efectivamente, ya lo dijo el siempre poco ponderado Machado (Antonio, no Manuel): Todo llega y todo pasa (y lo nuestro es pasar). Ayer, alfinmiércoles, regresaron Los hombres de Paco. Regresó Lucas. Con nuevo look y con nueva conciencia que ya le permite acostarse con Sara, a la que antes ni se atrevía a besar por respeto a su minoría de edad (imagino que en la ficción en la realidad tendrá más de 18, la perra esa).
Era una vuelta esperada. Por mi. Por Ana. Nosotras, fans incondicionales de la serie policiaca de humor negro, que como tantas otras finalmente deviene en culebrón. Me reí. Con el capítulo de ayer me reí mucho sobre todo con el pobre Povedilla y con el maravilloso Don Lorenzo ( "en mis santos cojones tengo yo el pálpito, Paco". Genial). Desde luego, Juan Diego es de lo mejorcito de la serie. Aunque creo que el éxito es que forman un buen equipo. Entre los actores hay gente que no vale ni un duro y gente que vale mucho. Pero todos encajan. Se complementan. Y el resultado es bueno. Al menos para mí.La trama de ayer me gustó mucho. Su poquito de humor, su poquito de intriga, escenitas románticas, y lo mejor, abrió un sin fin de posibilidades: el caso Uriarte y nuevos jaleos en la relación de Lucas (el maravilloso) y Sara (la niñatilla), que por cierto, confirman mi teoría sobre los encantos del desamor. Para darle vidilla, vuelven a separarlos. Lo que yo diga, en el fondo somos masocas.
La verdad es que no tenía pensado hacer un post tan técnico sobre el regreso de Los Hombres de Paco. Porque es mucho más que lo expuesto arriba. Volverán los momentos redondos, los "el miércoles por la noche no, que tengo cita con Lucas". Y la contemplación hasta el infinito de semejante ejemplar de macho ibérico refinado. Creo que me gusta más con el pelo largo, pero tiene su cosilla, así de peladito. Para los que no tuvieran la ocasión de ser testigos de este regreso, no dejen de hacerlo el próximo 'alfinmiércoles'. Merecerá la pena.

pd. Sí, este post tiene ya su tiempo y hasta el momento no he tenido ocasión de colgarlo en el blog. Así que no me lo tengan demasiado en cuenta. Después de la Navidad me está constando mantener el ritmo que antes tenía por mi negra espalda del tiempo, pero es que la felicidad invita más a vivir que a escribir, no? Es curioso (y confirma mi teoría, otra vez). M esforzaré por mantener viva este desierto de tiempo, con cada vez más verdor.

Rinconcillos de mi Huelva (I)

Me encanta el muelle del tinto. Oui, j'adore!
Al fin, desde que lo restauraran, encontré un hueco en mi apretada agenda de descansos para poder ir a pasear por él. Sentir la madera crujir bajo mis pasos, la humedad de la Ría subiendo por mis piernas y colándose en mis pulmones, congelándome la cara... una gozada para un sábado por la tarde de libertad absoluta, de bienestar perfecto con compañía de élite. No había demasiada gente, no era una tarde soleada y hacía demasiado frío para estar tan cerca del agua, pero sí que había algún que otro grupo de amigos, alguna que otra parejita y sobre todo mucha gente pescando, "por puro placer, espero, no creo que vayan a cocinar nada que salga de esas aguas" (apuntó mi compi de piso, con su natural gracia, haciendo referencia claro está -como buena ambientóloga- a la cercana contaminación del Polo Químico).
Me encanta el Muelle de la Riotinto Company (me corrijo).

Me gusta ese lugar porque se mantiene en su tiempo pasado. Porque a pesar de que toda la ciudad se ha transformado a su alrededor y poco quedará ya del paisaje que en su tiempo lo rodeaba, cuando uno está en él, con la madera crujiendo, con la humedad de la Ría y la línea de Punta Umbria, más intuyéndose que viéndose al fondo, tiene la sensación de haber protagonizado un viaje en el tiempo.


La puesta de sol fue una delicia. "Es cierto, entonces eso que dicen... lo de la luz de Huelva", comenta alguien a mi alrededor. Pues sí, es cierto.

domingo, enero 21, 2007

Luis Cernuda

CONTIGO

¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están
adonde no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?

lunes, enero 08, 2007

Propósito para 2007

No teman. Ni me pienso poner a dieta, ni voy a apuntarme al gimnasio, ni tengo la intención de recibir clases de inglés (aunque buena falta me harían todas estas cosas), mi propósito para 2007 es algo má básico. Ahora que la Navidad ha terminado; ahora que hay que volver a la rutina (muchos eran ya los que la echaban de menos) voy a dedicarme, a recrearme, a esforzarme por hacer realidad mis sueños. Efectivamente, soy consciente de lo cursi de mi objetivo, pero es así. Voy a coger un folio en blanco, un lápiz y voy a anotar todo lo que quiero y aún no tengo. No teman, repito. No es que me vaya a convertir en un ser egoísta que, caiga quien caiga, va a hacer todo lo posible por conseguir lo que quiere. No es eso. Simplemente, me voy a esforzar. Voy a trabajar duro. Voy a poner todo mi empeño. No quedará por mi parte. Y si las metas no se alcanzan, pues quedarán en la carpeta de tareas pendientes… poco a poco se irán haciendo realidad. Y para dejaros un poco más tranquilos, mis queridos cuatro lectores, quiero que sepan que haré lo propio con su felicidad. No quiero renunciar. Quiero demostrar que imposible es nada. Que los sueños están para cumplirse, y que nosotros, solitos nosotros, somos los responsables de ellos.

Puede que las Navidades me hayan dejado un regusto de excesivo optimismo, pero allá vamos…

Pd. El próximo miércoles, a las 22 horas nueva temporada de Los hombres de Paco. Luego no digan que no estaban avisados.