domingo, julio 29, 2007

El regreso posible

Pensaba que el título de mi anterior y antiquísimo post se había convertido en un mal augurio... Dios! Cuánto tiempo sin escribir por estos lares, tanto que he perdido la práctica, que ya no estoy segura de qué quiero contarles, ni siquiera de si quiero contarles algo...
Hace unos meses esbocé en uno de mis cuadernitos de Jordi Labanda (cuanto bien hizo Bonanza poniendo a mitad de precio este producto de primera necesidad [para mí]) la que había sido una extraña revelación de las noches preveraniegas: mi Blog tendría un fin. En efecto, un día cualquiera, de los de preparar alguna verduracha (que diría mi amor) en mi antigua y gigantesca cocina, supe que en algún momento de mi existencia tendría que dejar de escribir sobre la negra espalda del tiempo. No es que antes me viera inmortal, eternamente narrando mis idas y venidas a un grupo indeterminado de lectores en la sombra o iluminados, pero al menos no había pensado en su final absoluto, sin embargo, en aquel momento sí lo hice, y durante todo este tiempo que llevo sin escribir [sí, arrastrada por las circunstancias, pero quién me dice que no sea una señal]no he podido evitar pensar si de repente, sin que pudiera darme cuenta ya hubiera llegado ese instante, ese temido e inevitable acabamiento.
Y sin embargo (en todas las grandes historias hay uno de éstos), al disponer (también de repente y momentáneamente) de Internet, mi primer impulso ha sido el de volver a pasear por este oscuro territorio, repleto de desiertos todavía por descubrir... y al hacerlo he recordado lo que su padre le decía a Escalarta O'Hara: "la tierra es lo único que permanece". Supongo, que dados los nuevos tiempos, esta frase se hace extensible a las pequeñas patrias virtuales que cada uno a su forma, a su gusto (o eso creemos, es mayor de lo que pensamos el influjo de las estrellas en nuestras acciones) ha decidido (?) crear. Sé que también es norma que en estos nuevos tiempos poco sea lo que perdure, pero las paradojas también abundan: lejos es aquí mismo, etc. Así que, hermanos, vuelvo hoy sin saber cuándo volveré, pero lo hago con la certeza y la tranquilidad, de que el punto y final de esta noche no será definitivo.
Hay regresos que sí son posibles.
Hasta el próximo terremoto.

No hay comentarios: