miércoles, abril 26, 2006

Casualidades. Parte Primera.

Aquella mañana, sus pantalones ya estaban demasiado sucios.
"Ya están demasiado sucios", se dijo mientras los observaba agarrándolos por la cintura. "A la lavadora!!!!".
Y así fue como la joven Narnia se decidió a abrir las puertas de su armario y a sacar, del fondo a la izquierda, su mini falda vaquera. Un capricho de ya hacía dos temporadas que solía dejar reservado para las ocasiones más especiales. "Esto es una emergencia" pareció decirle a la prenda, como si intentara justificar que la sacara del letargo en el que normalmente la tenía sumida. Menos mal que fuera hacia calor.
En realidad es un buen día para llevarla, volvió a justificarse.
Se enfundó las piernas en sus medias muy tupidas (siempre) y salió con algo de prisa de su apartamento. Destino: la facultad de Humanidades. Objetivo: poder entrevistar a cierto profesor de Literatura (no aquel con el que todavía soñaba, éste era otro) para el reportaje de fin de semana.
Atravesó el campus, y pronto dio con el edificio. Primera planta a la derecha.
Última puerta del pasillo.
El profesor firmaba compulsivamente algunos papeles. El despacho era grande. Además de la mesa escritorio disponía de otra redonda y amplia con varias sillas a su alrededor en la que solían celebrarse las reuniones del departamento. En la pared, un corcho con algunas postales salteadas. Imágenes tremendamente modernas que se entremezclaban con paisajes en sepia, con rostros femeninos de belleza antigua. El hombre levantó la vista de los folios y sonrió ampliamente cuando descrubrió a Narnia bajo el marco de la puerta.
"Pasa, pasa..."
Sudaba un poco. Él sudaba un poco. Lo vio en el brillo de su frente, en la camisa remangada hasta el codo, en el botón de más que llevaba desabrochado. La verdad es que allí hacía calor.
"Hace calor aquí, perdona. Tenemos un problema con la calefacción, imaginate, ha saltado, se ha puesto a funcionar, y ahora no hay técnico que la pare", dijo con la sonrisa todavía amplia, despreocupada. Parecía feliz a pesar de que efectivamente a los cinco minutos el calor era insoportable allí. Suerte que te pusiste hoy la mini y una camiseta de manga corta.
"Menos mal que llevo manga corta".
Empezamos cuando quieras.
Bien.
Bien.
Por ejemplo, me hablaste por teléfono de una investigación centrada en...
Sí, en Miguel de Cervantes. Un estudio de su obra pero siempre en relación a la de Shakespeare. Conoces las coincidencias, no?
Sí, lo de la fecha de la muerte de ambos.
Eso mismo. Pues hay otras más. Muchas más. La verdad es que los dos fueron tipos muy interesantes. Así que nuestro equipo ha cogido sus textos, y los ha comparado, y créeme si te digo que hay mucho material del que tirar. Es asombroso. Habrá gente que piense que sólo son casualidades, pero nosotros hemos abordado este trabajo desde una perspectiva más científica. Se llega a un punto en el que es imposible seguir pensando que sólo son fruto del azar.
¿Y entonces qué son?
El profesor miró a Narnia desde lo más profundo de sus ojos azules. Permaneció durante un segundo en silencio, y luego volvió a sonreir. "Eso es lo que queremos averiguar".
Pero tendrán alguna sospecha...
Es posible. Pero no te confundas, aunque humanista llevo marcado con fuego el método científico...

2 comentarios:

Zarzamora dijo...

Necesitamos la segunda parte, Patriice. Es...sublime...jeje

Anónimo dijo...

Hombre, un nuevo personaje aficionado al floclore. Bienvenido, pero yo lo que quiero saber realmente es si esta Carrie de Aznalcóllar se acabará abriendo de piernas en la mesa del profe...