jueves, agosto 30, 2007

Deletrea de Eritrea



"En cuanto se termina una comida o se acaba un baile, la princesa Deletrea de Eritrea se larga la primera y sube la escalera de los mil escalones que lleva a los salones de la gran biblioteca."

Ser una princesa, de las de verdad, de las de cuento de hadas y finales felices, debe ser de lo más reconfortante. Lo bueno de las historias es que en ellas todo es posible, incluso que una plebeya como yo [a pesar de mi noble nombre] reaparezca convertida en uno de esos delicados seres capaces de notar el bulto de un guisante sobre cien colchones de plumas. Bueno, no quiero que piensen que me he vuelto tan despreciablemente caprichosa (cualidad más odiada de las princesas) sólo quería informarles de dos cosas. Una relacionada con la otra. Quizá deba empezar confirmando lo que ya, de alguna forma, ha sido revelado, y es que ya tengo en mi biblioteca un magnífico ejemplar de Princesas olvidadas, ese libro por el que tanto he suspirado y del que estaba terriblemente encaprichada, cual princesa, y del que he tomado el comienzo de este post.
La otra noticia es que el pasado 26 de agosto se cumplió un año, cuatro días y diez horas desde que mi príncipe de largas pestañas, pómulos perfectos y perfiladas cejas reapareciera en mi horizonte, cabalgando sobre su caballo blanco y sonriéndome y mirándome como nunca nadie antes lo había hecho. Ni siquiera él.
Él, que si es príncipe de los verdaderos, de los que te besan en el último párrafo para despertarte de un largo sueño de cien años, fue quien me convirtió a mí, simple plebeya, en una tonta y cursi princesa de suspiros de fresa [hay que serlo para escribir algo así y dejar que los demás lo lean], contenta de ser feliz.









1 comentario:

@Ana_Bermejo dijo...

Bienvenida de nuevo, te echaba de menos... Fíjate que gracias a ti me he hecho con 'tu Negra Espalda del tiempo?, aunque he de reconocer que sólo he leído el principio... Y ahora me entran ganas de princesas felices...
Tienes algo, como Raquel, que Engancha!!! jejejeje
Besos y bienvenida a la red