viernes, marzo 31, 2006

Lucas y Sara


Sólo quiero la noche si la aurora
la diluye en azul y rosicler
Lo que mi alma ignora
es lo que quiero poseer.
Fernando Pessoa


¿Por qué es tan hermoso el desamor? ¿Por qué late dentro de nosotros como un corazón vivo cuando precisamente está despedazado, hecho añicos? Fue Serrat (el adorable) quien formuló la clave, tan exacta como las matemáticas, tan clara como la lógica, A implica B. Con aquella Lucía que dio nombre al 40 por ciento de las niñas que nacieron entonces y que aún hoy continuan naciendo, el cantautor catalán por antonomasia, lo dejó todo dicho: No hay nada más bello, que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí...
Y aún así, qué extraño verdad? Qué raro, raro, raro (a lo Papuchi) que nuestro interior se encoja ante las oportunidades perdidas. ¿Acaso no amamos ahora? ¿Acaso no hay decenas, cientos, miles de hombres y mujeres dispuestos a amarnos? ¿Por qué nos empeñamos entonces por aquel joven de perfiladas cejas al que hace año que no tocamos y por el que sin embargo hoy volveríamos a dejarlo todo?
Y no quiero que olviden a Meryl Streep de copiloto en la 'partner' de su marido, en un día de lluvia. Sujeta con fuerza el mecanismo de apertura del coche (es que esa palanca no tiene nombre???). El pulso tembloroso, y la duda shakespeariana rebotándole en la cabeza: ¿abrir o no abrir? ¿Escapar de su vida de esposa perfecta?
Clint Eastwood que en esta maravillosa película ejerce de tentación, va en otro vehículo, justo delante, y le envía una señal, una invitación a subir a su coche que sólo ella percibe. Y mantiene la mano en el pomo? de la puerta, y el pulso le tiembla cada vez más, y le tiembla el rostro de contener el llanto, y trata de decidir, trata de escuchar su corazón, pero al final vence la razón. Se impone la responsabilidad, el deber y Clint se marcha para no regresar jamás.
Lo que realmente hace esta escena maravillosa, lo que realmente la convierte en tan sobrecogedora es precisamente que ella se quede en el coche, que no lo abandone todo, ni se entregue a la lluvia para marcharse con ese 'amor de su vida' que se ha presentado algo tarde.
El momento es más valioso porque Clint (su personaje, se entiende) pasa automáticamente a ese terreno de lo que pudo haber sido y no fue; pasa a vagar por la amarga espalda del tiempo, ese desierto en el que seguro todos tenemos a alguien.
Para terminar, y para justificar el título, diré que Lucas y Sara son dos personajes de 'Los hombres de Paco'. Divertida serie de Antena 3, a la que ya puedo decir que estoy irremediable y oficialmente enganchada.
Lucas es mayor que Sara, y además ésta es la hija del jefe de Lucas. Por el momento, aunque hay verdadero amor de por medio, los guionistas deciden que Lucas y Sara no pueden estar juntos. Y eso es lo maravilloso...
pd. Quien no la haya visto, que lo vea porque Lucas está de muerte.

1 comentario:

Patriice dijo...

No sé si es posible, pero quién lo quiere!!! Yo, y esto es un secreto, disfruto con esa sensación angustiosa de pérdida constante... no fui yo quien lo dije fuiste tú: "El placer y el dolor son los extremos del mismo segmento, como el blanco pasa al negro a través del gris".
Un beso de tita lejana, de esos sonoros, tan a lo Volver...